Blogia

Coeducajanda

Murales conmemorativos

Murales conmemorativos

Murales para conmemorar el 25 de noviembre

Teatro: Por qué John Lennon lleva faldas?

Teatro: Por qué John Lennon lleva faldas?

2o y 3o también tuvieron su representación teatral.  El miércoles 23 en el teatro San Francisco 

Teatro: Mujeres saharauis

Teatro: Mujeres saharauis

La semana comenzó con teatro, los alumnos de 4o asistieron a una representación que denunciaba la situación de la mujer saharaui 

¿Quién me va a querer?

Del "me gustas como eres" al "¿por qué tienes que ser así?"

Barbijaputa, el diario.es, 26/09/2016 />Eres muy guapa.

Me haces reír.

El instituto es menos coñazo a tu lado.

Vamos juntos al cine.

Me enamora tu seguridad.

Bésame.

Quiero estar contigo.

Creo que le gustas a Pablo. Te mira un montón. Normal. Eres muy guapa.

¿Qué haces? ¿Con quién andas?

Ayer no quedamos, me duele cuando no te veo. Te quiero tanto.

Oye, no te enfades, pero hoy te vi hablar con Pablo, te reías de la misma forma que te reías conmigo cuando empezamos. Si te gusta... dímelo.

Perdona, nunca he sido celoso, no sé qué me pasa, es que me he pillado por ti a lo bestia.

Creo que le caigo mal a tu amiga Sara. Me mira mal a veces. Y tú no le dices nada. O no te das cuenta o no te quieres dar.

Te he llamado y llevas media hora comunicando. Creí que estabas en la biblio, se ve que no.

Te pusiste superguapa y te alisaste el pelo para salir con tus amigas, y el domingo conmigo con la cara lavada. Es como si ya no te importara estar guapa para mí.

¿Qué te está escribiendo Pablo? He visto que te saltaba en el móvil una notificación suya de Whatsapp, pero tienes el móvil con clave, qué casualidad.

No, si no quiero discutir, sólo digo la verdad, te cuento las cosas como son. Si te ofuscas tanto algo de razón llevaré.

Ayer Sara directamente no me saludó. No tiene ningún motivo para no hablarme, yo en público jamás te digo nada, nunca, siempre hago como si no pasara nada, ¿sabes por qué? Porque a la gente no le importa nuestra relación.

Ojalá te quisiera sólo lo que tú me quieres a mí, estaría más tranquilo, desde luego.

¿Estás con Pablo? No me contestes, no me lo voy a creer, porque me dices siempre lo que quiero escuchar para que no discutamos. Eso no es sinceridad.

No me grites que yo estoy muy tranquilito, ¿eh? que se te va la olla, cada cosa que digo montas un pollo, tranquilízate que estamos en la calle.

¿Crees que iba a estar celoso o me iba a picar si no te quisiera? Enfádate mejor el día que me dé igual con quién estés.

Que los tíos le den a Me Gusta en todas tus fotos en Facebook no significa que luego te vayan a aguantar lo que yo te aguanto. Ellos sólo conocen una parte de ti, la del postureo.

Y ahora lloras, claro, sí, hazte la víctima, encima. Manipuladora. Últimamente todo llantos, para que me dé pena y no te diga la verdad de las cosas.

Cuando te conocí estabas todo el día de risas, ahora todo el día de morros o llorando. Yo me enamoré de ti porque eras graciosa y segura de ti misma, pero creo que era todo una pose para engancharme.

El día que me harte y te deje, te darás cuenta de lo que has perdido, y a ver cuántos años tardas en encontrar a otro que te quiera como yo te quiero, a pesar de cómo eres y cómo me tratas.

Al principio igual caen, como yo, pero en cuanto empieces a hacer de las tuyas, a manipular, a llorar por todo y a montar pollos, ya te digo que no se queda a tu lado ni dios. Eres una perturbada.

Eso, ahora vuelve a llorar otra vez, y a gritarme.

¿Cómo? ¿Que estoy mal? ¿Quién? ¿Yo? Jajaja, por favor, ¿no te das cuenta de quién tiene aquí el problema? Mírate, mira cómo tiemblas y lloras y gritas, y mira mi pulso, mira qué tranquilo estoy.

¿Quién es aquí el que está mal de los dos?

___________________

Le gusto como soy, no he tenido que fingir ser otra persona para que se enamorara de mí.

De todas las chicas con las que pudo estar, me eligió a mí.

Cuando me abraza es como si tuviera miedo de soltarme y perderme.

Es la persona más romántica que he conocido.

Sara a veces levanta una ceja cuando le enseño las cosas que me dice por Whatsapp, me pregunta si no me agobia. Cómo me va a agobiar. El día que se enamore de verdad, lo entenderá.

Se pone celoso a veces, pero eso es porque me quiere como nunca ha querido a nadie.

No soporta a Pablo, con lo majo que es. Pero es que está enamorado, entonces ve amenazas en cualquiera. Pero confía en mí.

Ayer me habló mal, discutimos. La verdad es que soy un desastre, quedamos a las 7 y me retrasé y él creyó que estaba con Pablo. Con el tiempo verá que no tiene nada que temer. Lo que tengo que hacer es no llegar tarde nunca más.

Cuando estamos bien, soy más feliz que en toda mi vida. Pero a veces lo hago enfadar sin darme cuenta y lo estropeo todo.

Tengo que acordarme de no volver a estar en línea en Whatsapp si le he dicho que me voy a la cama. Éstas son los pequeños errores que cometo que luego se convierten en bronca.

Lleva razón, me pongo siempre guapa para salir con mis amigas, no sé por qué lo hago. No es que busque nada, como él cree, si estoy loca por él.

Lo mejor será que no hable más con Pablo. El esfuerzo que tengo que hacer tampoco es tan grande, es sólo un amigo, y un pequeño sacrificio puede acabar con un montón de discusiones.

La culpa de que Sara ya no le hable es sólo mía. Le cuento mis discusiones con él y ella, como es mi amiga, se pone de mi parte. Y no es justo para él.

He decidido darle mi clave de Facebook y dejar que lea mis Whatsapp, así verá que soy la persona que cree que soy, que no le miento nunca, que no le engaño ni hay nadie mandándome mensajes raros.

Lo quiero mucho cuando estamos bien, pero cuando estamos mal, lo odio. No sé cómo puede decir algunas cosas que dice. Es como si todo lo que me quiere le hiciera sobrepasar todos los límites. Ojalá me quisiera un poco menos.

No es que no quede con mis amigas para evitar sus celos, es que no me lo paso bien ya con ellas si sé que él está todo ese tiempo sufriendo.

No sé estar en una relación. Tengo que aprender. Espero que él no me deje antes de que lo consiga.

No voy a ser feliz hasta que estemos bien. Pero no sé cómo hacerlo. El amor es así, ninguna relación es fácil, ya lo sé.

Hoy le grité. No sé en qué me estoy convirtiendo. Me lo tomo todo demasiado a la tremenda. Pero es que a veces me parece tan injusto y cruel que cuando me doy cuenta estoy llorando como una niña pequeña. No sé qué me pasa, soy una inmadura, tengo que dejar de llorar por todo y encajar las cosas mejor.

¿Será verdad que estoy "loca" y lo estoy "volviendo loco" a él? Creo que sí, porque él nunca había estado tan mal antes por culpa de una chica, me lo ha dicho.

Soy una maltratadora. Le digo a él que está mal de la olla pero se lo digo gritando y hecha una furia. Eso es maltrato psicológico. Él me lo dice. Que lo que yo hago es maltrato psicológico.

No sé cómo sigue queriéndome. Soy lo peor que le ha podido pasar nunca.

El día que no me aguante más y me deje... ¿quién me va a querer?*

Vídeos 25 de noviembre

Nuevo curso

Nuevo curso

¡Hola nuevo curso!

Este año seguimos contando con grupo de trabajo de coeducación, aquí iremos colgando un resumen de nuestras actividades y los materiales que nos ayudan a realizarlas.

Un saludo para tod@s y ánimo!!!! ¡La lucha continúa!

Feminismo en un lugar de la Mancha

Feminismo en un lugar de la Mancha

Dos centenares de mujeres circulan a lo largo de las páginas del Quijote rompiendo con los convencionalismos de la época.
Fanny Rubio | 23 abril, 2016 | 08:25 h

Libro de feminidad fue llamada la primera parte de Don Quijote de la Mancha por grandes escritores, hoy ya clásicos, entre ellos Azorín, en el entorno del tercer centenario de su impresión (se publicó en 1605 y se celebró en 1905). Cien años después (2005) quedó de manifiesto la insistente representación de lo femenino en la obra de don Miguel. No ha sido así, sin embargo, en el cuarto centenario de la segunda parte del Quijote (se publicó en 1615 y se conmemoró en 2015) y el de la muerte del escritor (falleció en 1616 y se le homenajea este año): ha dado la impresión de que las voces femeninas se repliegan de nuevo ante un panorama público casi privado de voces de mujeres y del diálogo que llevan consigo. Sin embargo, de pronto, cuando menos lo esperamos, avisan.

Indiferentes a las subidas y bajadas del crédito, las mujeres del Quijote encarnan por sí mismas y de manera independiente los conflictos de la existencia: son las «figuras reflexivas» de las que habla el escritor Carlos Fuentes. Piensan y hacen pensar. A través de ellas, Cervantes tiene más libertad para restituir, entre bromas y veras, la verdad oculta que la realidad tarda tiempo en mostrar. Van a reaparecer en distintas etapas de la historia marcando los arquetipos de la mujer española moralmente obligada a desmelenarse cuando la circunstancia le puede, siendo autónoma en la expresión de los sentimientos y portadora de ansias de libertad.

En aquellos años quijotescos caracterizados por la crisis, las guerras, las epidemias y la hambruna que los historiadores Maravall, Domínguez Ortiz o Pierre Vilar han estudiado a fondo, Cervantes alumbra 200 figuras femeninas que circulan por las páginas de su obra más ilustre. El escritor conoce bien a las mujeres: la madre muere en 1593, pierde a su hermano Rodrigo (con quien comparte cautiverio en Argel) en 1600. De su hermano Juan apenas hay noticia. Por eso, la presencia familiar femenina de mayor influencia la constituyen, pues, las hermanas: Luisa, carmelita en Alcalá; y en la casa familiar Andrea, Magdalena, la sobrina Constanza (hija de Andrea), la hija de Miguel de Cervantes, Isabel, y Catalina (su esposa por temporadas).

Treinta y nueve mujeres toman cuerpo y voz en el primer libro. Se muestran a través de monólogos propios y de referencias narradas por otros personajes y reproducen tal multiplicidad de caracteres que seguir la trayectoria de cada una nos permite realizar una lectura paralela del núcleo central principal sin apartarnos del argumento. Las historias de amor que cuentan son el mejor espejo de su sufrimiento pasional a imitación de modelos como Amadís de Gaula. Sobre ellas fluctúan los mitos femeninos de Ariadna, las diosas Palas y Venus; las medeas, helenas, tisbes, danaes, las ninfas o las santas. Unas son retratadas con pincelada gris, como las prostitutas en el entorno de la venta, llamadas señoras por el hidalgo. Fondo gris, igualmente, es el que detectamos ante la información intrascendente que el escritor nos reserva para el ama y la sobrina, que ganan en personalidad y gesto con el avance de la trama.

Destacan las contradictorias Dulcinea-Aldonza Lorenzo, o la pastora Marcela, o esa bellísima Dorotea que atraviesa la Sierra para recuperar con don Fernando su honra; la lectora enamorada, Luscinda; la italianizante Camila llevada a la traición conyugal; o Zoraida, argelina acaudalada que se embarca por amor a un cristiano que es quien relata el periplo; o Marisancha, la hija adolescente de Sancho; la mujer de este, Teresa Panza; Leandra, la burlona Duquesa, la tocadora de arpa Altisidora, la temeraria y a caballo Claudia Jerónima, como la morisca Ana Félix, atrayente hija del tendero morisco Ricote, la empleada de la venta, Maritornes, etc.

Componen un retablo calculado en función de sus temperamentos, inquietudes, la socarronería, la sentimentalidad. Son alternativamente independientes, irónicas, hoscas, compasivas, fuertes o vulnerables de acuerdo con las propias vivencias. Así, los deseos de libertad y de aventura de Marcela, las ansias de realización amorosa y el relato de los amores y dolores de Dorotea y el sentido de la dignidad y responsabilidad de Ana Félix cobran en boca de estas mujeres quijotescas un perfil de modernidad que hoy mismo nos sorprende. Como estudió Carmen Castro, es la fuerza de las acciones que estas emprenden la que modula sus variadas identidades y la que marca sus destinos. La bella Marcela pone delante del lector su capacidad de renuncia, decidida a ser fiel a su idea de independencia por encima de los reclamos amorosos de Grisóstomo; Luscinda resuelve sus trances amorosos a través de la estrategia; Dorotea se echa al camino para obligar al amante traidor a cumplir su promesa de matrimonio; Zoraida abandona a su familia por seguir al cristiano que no solamente la enamora sino que acompaña su conversión al cristianismo; la sobrina del hidalgo, pura referencia de parentesco, recupera su nombre y apellido al final a la vez que la herencia. A muchas damas don Quijote las escucha atentamente, a pocas esquiva con afán pudoroso y a una inmensa mayoría protege, como a Doña Rodríguez, a quien el caballero asegura atender «con castos oídos y socorrida con piadosas obras».
Una lucha que sigue vigente

Tantos suspiros y risas y reclamos y lágrimas femeninos se suceden que hay quien denomina estos capítulos conciertos de aire. Por eso no es exagerado retomar la opinión de la hispanista Iris Zavala al observar que Cervantes se anticipa a Freud al recostar a las mujeres, una a una, en el sofá del psicoanálisis para asistir al relato de sus anhelos y hacérnoslas queribles. Sucede con el grupo de Sierra Morena y de la venta, protagonizado al alimón por Marcela, Luscinda, Dorotea, Zoraida… Son mujeres que atraviesan violencias y dramas de difícil resolución aparente, mas con final armónico, como sucede con Dorotea o Ana Félix, separada de su familia y luego reencontrada bajo el impacto de la expulsión de los moriscos. En momentos excepcionales son elevadas a la más alta cumbre para hundirlas después en un fondo de pesadilla. Lo representa en su versión de Dulcinea, dama de los sueños, destinataria de una carta sublime en las alturas en la primera parte y hallada en la segunda en circunstancias de gran necesidad en el fondo de la cueva de Montesinos.

Don Quijote asiste a estas mujeres con facultad de oyente y las lanza amorosamente al camino, primero llano y de sierra escarpada, finalmente urbano y costero como es el mar de Barcelona. Pocas quedan en el ámbito doméstico cuando sus intereses por recuperar la honra o el amor, o las dos cosas, las lleva lejos de sus casas. Una vez lejos de su papel tradicional recuperan la fuerza gracias a sus acciones y regresan transformadas, con ganas de seguir reafirmadas a través del diálogo con su entorno, poniendo en entredicho el concepto tradicional de autoridad. ¡Qué extraña lección hoy en que nos reconocemos públicamente faltos de palabras eficaces, como las que albergan, una a una, y todas, en su conjunto, las chicas de Cervantes!

DOROTEA

Hija de labradores andaluces acomodados, capacitada para administrar la hacienda, sensual, tocadora del arpa, ocupa mayor espacio que las demás. Desdichada en amores por la traición de un don Fernando huido, a quien va a buscar por Sierra Morena, siente un amor con carga de esperanza y de angustia que no resta nada a su sentido de la razón. Blanca de piel, largos cabellos, hermosas piernas y pies desnudos que lava junto al agua del río disfrazada de muchacho con monterilla que le recoge el pelo, es descubierta como un ángel por el Cura, el Barbero, Cardenio y, después, don Quijote. Buena intérprete, disfruta en la ficción tomándole cariñosamente el pelo a don Quijote al fingirse la princesa Micomicona. Consigue que el viejo hidalgo, embobado por su belleza, pase a segundo plano a Dulcinea.

ZORAIDA

Llamada Rosa de pasión por Concha Espina, quien la destaca por su belleza. Es hija del poderoso argelino Agi Morato, enamorada de un cautivo cristiano que relata su historia en la venta en presencia de Luscinda y Dorotea, fascinadas ante la cultura, refinamiento y el asentimiento silencioso de ella. La historia remite al episodio real protagonizado entre la hija de un potentado árabe y un cristiano durante el cautiverio en Argel de Cervantes. Ella surge en el relato ricamente vestida y enjoyada, en el lugar de reclusión de los cautivos a quienes ayuda a fugarse en una barca contraviniendo la autoridad paterna. Su objetivo: encontrar a la Virgen, Lela Marién, convertirse al cristianismo bajo su nuevo nombre de María, y desposarse con el cristiano. Representa la libertad individual frente a la norma de la sociedad a la que pertenece.

MARCELA

La Guerrera. Huérfana de padre y madre, jovencísima pastora refinada, sabe leer y escribir y se nos aparece retirada a la contemplación en la Sierra junto a las cumbres, los ríos y los árboles. Rodeada de acosadores pretendientes que se disfrazan de pastores para poder ser aceptados, es considerada «protofeminista» al defender la libertad por encima de todo («Yo nací libre») y rechazar a Grisóstomo, que muere por su amor. No obstante, Marcela reclama la soledad de los campos en el capítulo más solemne del Quijote. Denuncia el acoso al que son, gran parte de las veces, sometidas las mujeres y es la figura que reta con mayor potencia al patriarcado. Quienes escuchan su razonamiento quedan admirados por su inteligencia, y, ante el intento de culparla de la muerte de Grisóstomo, don Quijote la defiende con contundencia.

ALDONZA/DULCINEA

Dos nombres de un mismo personaje que representan la realidad y la imaginación encarnadas en una mujer del Toboso. Hija de Lorenzo Corchuelo y Aldonza Nogales, analfabeta, sensata, atrevida, de complexión fuerte y bromista. La ficción cervantina engendra sobre ese modelo realista el opuesto de Dulcinea, amada intangible «de hermosura sobrehumana» que representa el ideal platónico y apenas tiene voz. Por ella vive el caballero andante. Contra este ideal de mujer llena de virtudes que representa los sueños del Quijote hablarán otros personajes, del incrédulo Sancho a las mozas burlonas del Palacio Ducal. Don Quijote se mantiene en sus trece: son los malos encantadores, al acecho, quienes han convertido a su princesa en villana.
Artículo actualizado el 23 abril, 2016 | 10:35 h

ACTIVIDADES DEL ALUMNADO DIA 8 DE MARZO

ACTIVIDADES DEL ALUMNADO DIA 8 DE MARZO

"Los alumnos de 1º ,2º y  4 º de ESO y  1º del C.F.G.M de Sistemas Informaticos elaboran murales sobre mujeres célebres en sus respectivos campos"

Conmemoración del 8 de marzo

Conmemoración del 8 de marzo

Los alumnos de Ciclos Formativos asistierom a un acto organizado por el Ayuntamiento en el Teatro San Francisco, contó con la actuación del grupo Cadigenia